En diálogo con estudiantes y egresados recientes de la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (FaMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) surgieron diversas miradas sobre la llamada “fuga de cerebros” que atraviesa al ámbito científico argentino.
A diferencia de lo que suele creerse, los investigadores de las ciencias duras de la UNC no siempre emigran del país al finalizar sus estudios. Las realidades entre carreras son muy distintas. Mientras que los egresados de Computación, tanto de la Tecnicatura como de la Licenciatura, encuentran un panorama laboral favorable, lo mismo ocurre con los profesorados de Matemática y Física. En cambio, los más afectados por la falta de oportunidades son quienes egresan de las Licenciaturas en Física, Astronomía e Hidrometeorología.
Algunos eligen quedarse, otros, buscar nuevas oportunidades en el exterior. Las trayectorias son múltiples y dependen tanto de las condiciones laborales como de los intereses personales.
Lautaro Zapata, egresado de la carrera de Física, explica: ”Para el licenciado en Física es complicado acceder al mercado laboral, porque una vez obtenida la licenciatura, la mayoría busca comenzar el doctorado. Eso implica tiempo, dinero y mucha dedicación, y las becas existentes son pocas y de difícil acceso, ya que exigen excelencia académica y un buen director de tesis elegido durante el grado”, señala.

Organismos estatales como el CONICET ofrecen becas de investigación para doctorados, pero su acceso no es sencillo. Para postularse, es necesario cumplir con una serie de requisitos: contar con antecedentes académicos sólidos, un plan de investigación aprobado, un director y codirector idóneos, y un lugar de trabajo adecuado. Además, los plazos de convocatoria son limitados y el proceso de selección, sumamente competitivo.
Otra de las dificultades que enfrenta FaMAF es su baja tasa de egreso. En el caso de la Licenciatura en Física, por ejemplo, no se superan los 15 graduados por año, lo que refleja tanto la exigencia de la carrera como la complejidad del camino académico posterior.
Por el contrario, los estudiantes de la Licenciatura y Tecnicatura en Computación cuentan con mayores oportunidades laborales. El manejo de lenguajes de programación y el crecimiento del sector tecnológico les permiten insertarse con facilidad en el mercado, tanto local como internacional, especialmente en empresas privadas del ámbito digital.
Muchos de ellos incluso acceden a empleos bien remunerados antes de completar la carrera. “En mi caso no necesité terminar los estudios para ingresar a mi actual empresa. Como yo, hay muchos que priorizan la experiencia laboral y dejan la carrera en pausa”, comenta Juan Cruz Gutiérrez, estudiante de cuarto año de la Licenciatura en Computación.

La posibilidad de trabajar de manera remota también impulsa a varios a proyectar su vida fuera del país. La búsqueda de una mejor calidad de vida, la estabilidad económica y, en algunos casos, motivos políticos, los llevan a elegir destinos europeos para continuar su desarrollo profesional.
Sin embargo, no todos encuentran en el exterior lo que esperaban. “Tuve la oportunidad de vivir esa experiencia en Italia, pero me di cuenta de que la realidad no era tan ideal como la imaginaba. Por eso muchos colegas deciden regresar a Argentina”, reflexiona Agustín Ferrante, licenciado en Ciencias de la Computación.
Las trayectorias de los egresados de FaMAF son diversas. Si bien las oportunidades laborales varían según la especialización, la vocación científica, la búsqueda de estabilidad y el deseo de crecimiento personal son los factores que terminan marcando el rumbo de cada profesional.