En una conversación íntima y reflexiva, Débora —investigadora del CONICET y docente formada en la
Universidad Nacional de Córdoba— comparte los hitos que marcaron su trayectoria académica y científica. En cada palabra defiende a la universidad pública como espacio de formación, creación y compromiso social.

La investigadora nos cuenta que el contacto temprano con equipos de investigación reforzó su deseo y
motivación por hacer ciencia, “reforzó mi vocación” apunta.. Durante sus primeros años de carrera tuvo la oportunidad de sumarse a proyectos que la acercaron a otra dimensión de la universidad: “Comprendí que no es únicamente un espacio donde se enseña, sino también un lugar donde se produce conocimiento de manera colectiva, junto a docentes, colegas, estudiantes e investigadores del sistema científico”.

Más allá de las aulas, Débora reconoce que lo que más la transformó fueron las experiencias de intercambio con la comunidad. Participó en muestras de carreras, charlas abiertas y actividades en escuelas secundarias. “Esos momentos me marcaron profundamente como docente. Me enseñaron a valorar la colaboración y me dieron la convicción de que el conocimiento debe compartirse y ponerse al servicio de la sociedad”, afirma

Cuando reflexiona sobre el logro más importante de su trayectoria, no duda: “Haberme formado como
investigadora dentro del sistema público y, en particular, en el CONICET”. Desde sus primeras becas de
grado hasta el doctorado y posdoctorado, su camino estuvo sostenido por organismos estatales que le
brindaron apoyo, tutorías y financiamiento

Gracias a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) pudo desarrollar investigaciones con impacto en temas actuales como la transformación digital, la participación ciudadana y las desigualdades. Pero más allá de los proyectos, lo que más valora es el modelo que hizo posible su formación. “La universidad pública me brindó oportunidades que no dependen de las capacidades económicas individuales, sino de un compromiso colectivo con la educación, la ciencia y la política pública”, sostiene.

Hoy, mientras acompaña a nuevas generaciones de estudiantes e investigadores, resume su experiencia con una certeza: “Mi trayectoria es el reflejo de lo que la universidad pública hace posible: construir ciencia con compromiso colectivo y ponerla al servicio de la sociedad”.