En el proyecto presentado por la profesora Georgina Remondino durante la Semana de la Ciencias, e impulsado por profesores y estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba, se analiza cómo las prácticas digitales como los juegos en línea revelan nuevas formas de sociabilidad, desigualdad y conflicto entre los jóvenes de esta generación.

En una era en la que los videojuegos han dejado de ser un simple pasatiempo para convertirse en espacios de encuentro, competencia y construcción identitaria, un nuevo proyecto académico busca entender cómo los jóvenes consumen estas tecnologías y qué problemáticas emergen de estos encuentros cotidianos.

El estudio, titulado “Socializar y divertirse con videojuegos y juegos online”, forma parte de la Semana Nacional de la Ciencia y es coordinado por la profesora Remondino, junto a un equipo interdisciplinario de la UNC. Cuyo objetivo es mapear las formas contemporáneas de socialización juvenil mediadas por Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), con especial foco en las prácticas lúdicas digitales.

El equipo indaga experiencias de consumo en jóvenes de diferentes sectores sociales de la ciudad, y busca entender cómo estas prácticas reflejan (y modelan) subjetividades, trayectorias de vida y tensiones culturales. En su análisis identifican temas críticos como desigualdades de género, violencias barriales, segregación socioeconómica, conflictos generacionales muchas veces atravesados por el uso cotidiano de los videojuegos.

Aunque el proyecto aún se encuentra en una fase temprana, centrada en entrevistas, su directora remarcó la importancia del trabajo en curso. “Estamos en etapa de entrevistas y todavía no hemos podido analizar y cruzar datos para responder a las consultas que realizas”, explicó Remondino en un correo reciente.

A pesar de la falta de resultados definitivos, la propuesta ya genera expectativa en ámbitos educativos, tecnológicos y culturales. Este estudio aspira a convertirse en una herramienta clave para pensar estrategias de inclusión digital y nuevas formas de comprender la juventud en el siglo XXI.