El gobierno decidió prorrogar el presupuesto de 2023 para 2024, asignando $1,41 billones a las universidades nacionales. Sin embargo, con una inflación acumulada del 211% en 2023 y un 51,6% en el primer trimestre de 2024, estos fondos resultaron ser gravemente insuficientes. por lo que las universidades enfrentan dificultades extremas para cubrir sus costos operativos, y muchas de ellas advirtiendo que solo podrán sostenerse durante unos pocos meses​.
En respuesta a las crecientes demandas del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y la presión pública, el gobierno anunció en marzo un aumento del 70% en las partidas para gastos de funcionamiento. No obstante, este ajuste sólo representa un incremento del 2% sobre el presupuesto original, dejando el total aún un 71% por debajo del valor de 2023 en términos reales. Esto ha llevado a una situación sin precedentes, con muchas universidades incapaces de cubrir salarios y otros gastos básicos​.

ACIJ alertó que el presupuesto 2024 es el menor presupuesto universitario desde la sanción de la Ley de Educación Superior (extraído del diario La Nación). El CIN ha solicitado un aumento del 300% en el presupuesto para 2024, calificándolo como el mínimo necesario para mantener operativas las instituciones. Sin embargo, el gobierno aún no ha accedido a estas demandas, lo que ha generado un clima de incertidumbre y descontento entre las autoridades universitarias y la comunidad educativa. La situación es particularmente grave en áreas como la ciencia y la tecnología, donde los recortes presupuestarios han alcanzado hasta un 75%​.
Las universidades, junto con los sindicatos docentes, han organizado protestas y marchas a nivel nacional, exigiendo una revisión urgente del presupuesto. A pesar de algunas mesas de diálogo establecidas, la solución parece lejana, y las instituciones se preparan para enfrentar un año académico marcado por la escasez de recursos y la precariedad​.
Sin embargo, y de manera lamentable, la prórroga del presupuesto de 2023 y los ajustes insuficientes para 2024 han puesto al sistema universitario argentino en una situación crítica. Sin un aumento significativo de los fondos, muchas universidades podrían verse obligadas a cerrar sus puertas antes de fin de año, afectando gravemente la educación superior en el país​.