Una mirada crítica desde el centro vecinal centro sobre las personas en situación de calle.
El joven David Boffa, tiene 32 años y desde diciembre del 2022 preside el Centro vecinal del barrio Centro de la Ciudad de Córdoba.
Comentó sobre las realidades que existen en las calles de este barrio y las personas que allí habitan. “Ellos son como las palomas”, comienza a contarnos David, “donde hay comida están… aparecen todos juntos y se asientan, hacen sus nidos”.
“Aquí en cercanías a la terminal hay dos comedores, vienen a comer al mediodía y es frecuente que se desconozcan, por cualquiera sea el motivo comienzan las riñas. Lo que yo trato de hacer es ir acompañado de la policía y tratar de componer la situación” y señala que estas situaciones son frecuentes ya que se trata mayormente de personas con problemas de consumo.
Además estamos controlando los lugares en los que expenden comida para ellos porque nos dimos cuenta que las mismas personas van a los distintos lugares en horarios diferentes a buscar comida y según sus gustos la desperdician y tiran en la vereda las bandejas con comida.
No están educados en la cultura de lo que cuesta esa comida: “se la dan de arriba”, agrega el presidente del Centro vecinal. Estamos intentando unificar el horario de los comedores junto con políticas sociales de la Municipalidad para que esto no siga ocurriendo.
-¿Son muchas las personas con adicción en esta situación?, ¿Cuál es su modo de intervenir?
Existen tantas realidades como personas, y si, la mayoría con las que tratamos e intentamos ayudar, padecen este flagelo y sus consecuencias. Por ejemplo, hay un hombre que tiene casa y familia en un barrio, pero es alcohólico y le da vergüenza que los hijos y los nietos lo vean así y decide quedarse allí, en la calle.
-¿Cuál es la ayuda o alternativa que ofrecen?
“Desde la municipalidad se brinda apoyo, dependiendo de cada situación, si están regularizados, los aloja en hoteles y deben cumplir con cierto régimen de recuperación a la adicción, la cual no quieren cumplir la mayoría, junto con la higienización, y, obviamente no pueden consumir y vuelven a la calle.” Explica el joven.
Es habitual verlo en las calles próximas a la Terminal de Córdoba conversando con vecinos que construyen “ranchadas”, las cuales definió como ” ranchos que ellos arman con cartón y la municipalidad ha dejado muy claro que son ilegales”. Además añade que la solución a corto plazo es desarmarlas ya que implica un riesgo de higiene, un peligro para ellos y un peligro para un tercero, porque además utilizan ladrillos y pilares para el sostén de la estructura que perjudica al peatón.
Por último ya se ven en los comercios y algunos edificios del centro, que han colocado recientemente, en el frente, unas rejas con el particular propósito de evitar los asentamientos de estas personas en situación de calle y además, incluido, cuenta con pinches en la parte superior para que tampoco se posen allí, las palomas.