El 23 de agosto, la Plaza de la Música vibró al ritmo de Ciro y Los Persas, quienes, una vez más, demostraron por qué son una de las bandas más queridas del rock nacional. Con entradas agotadas, miles de fanáticos se reunieron en la emblemática sala de la Ciudad de Córdoba para ser parte de una noche cargada de adrenalina, nostalgia y puro rock.
Pasadas las 21hs, la banda liderada por Andrés Ciro Martínez hizo su entrada en el escenario con los primeros acordes de “Antes y después”. El repertorio estuvo cargado de clásicos de la carrera solista de Ciro, como “Tan solo” y “Banda de garage”, pero también hubo espacio para un viaje en el tiempo con temas icónicos de Los Piojos, banda que marcó a generaciones de rockeros argentinos. Canciones como “El farolito” y “Verano del ’92” emocionaron a los presentes, quienes corearon cada palabra como si fuera la primera vez.
La puesta en escena, con luces y pantallas gigantes, proyectando imágenes y recuerdos de la carrera de Ciro, agregó mayor emotividad al recital. Se pudieron visualizar imágenes de su show durante la pandemia entonando “Tan Solo” en un Luna Park vacio, cómo así también sus shows en Estados Unidos acompañando a la Selección Argentina durante la Copa América 2024, entre otros momentos.
Durante toda la noche, la banda mantuvo una química perfecta con el público. Ciro jugó con la gente, intercambiando bromas y anécdotas. Uno de los momentos más memorables fue la interpretación de “Canción de Cuna”, que provocó lágrimas y aplausos. Hacia el final del encuentro, como ya es costumbre, al son de “Mírenla”, descendió del escenario y se acercó a los fans próximos al escenario para sacarse fotos y tener contacto físico.
El recital llegó a su fin luego de 2 horas, entonando el Himno Nacional Argentino, con su fiel e icónica armónica. Así, la Plaza de la Música fue testigo de una noche en la que el rock argentino brillo y se hizo presente. Ciro y Los Persas, una vez más, dejaron su marca en Córdoba, brindando un espectáculo que quedará en la memoria de todos los que tuvieron la suerte de presenciarlo.