El jueves 16 de octubre, Jorge Ezequiel Rodríguez presentó su libro 30 Mil. A 50 años del inicio del terror, en el marco de la 39° Feria del Libro de la ciudad. En una charla organizada por Abuelas de la filial Córdoba que contó con la participación de algunas de las miembros, el autor contó parte del proceso creativo y reflexionó sobre la situación del país.
“Abuelas de Plaza de Mayo es la demostración de que no nos han vencido”, afirma Jorge Rodríguez, autor del libro. Estela de Carlotto es presidenta de Abuelas y una de las encargadas de hacer posible esta obra que recopila historias vinculadas a la última dictadura cívico militar argentina. Fue ella quien le pidió a Jorge hacer algo que mantuviera viva la memoria y el pedido de verdad y justicia. “Es imposible negarse y (Estela) me allanó el camino”, contó entre risas el escritor.
El 24 de marzo de 1976 tuvo lugar el golpe de estado que derrocó a María Estela Martínez de Perón, pero la violencia por parte del Estado comenzó mucho antes. En 1975 se firmaron una serie de decretos que conformaban la Ley de Aniquilamiento, la cual buscaba eliminar a los movimientos subversivos mediante la persecución paraestatal.
Si bien ya han pasado más de 40 años desde la vuelta de la democracia en Argentina, sigue siendo necesario proteger y defender la memoria y sus intocables espacios. Sobre todo, en un contexto político y social que pone en tela de juicio los crímenes de lesa humanidad cometidos en la dictadura militar, autodenominada Proceso de Reorganización Nacional. No sólo se permite dudar e incluso negar las atrocidades llevadas a cabo y el número de desaparecidos, sino que, además, reivindica a militares condenados por las violaciones sistemáticas a los derechos humanos en el Juicio a las Juntas en 1985. También hay muchos otros que no fueron condenados y siguen viviendo entre nosotros, bajo pactos de silencio. Es un poco ingenuo pensar que hubo 834 centros clandestinos y solo uno o dos responsables en cada uno de ellos.
Es por eso que Jorge inició su investigación, para poder cumplir con el pedido de Estela. Para finales de 2024 el libro ya estaba terminado, sin embargo “me parecía ingenuo”, comentó el autor. Esto debido a las situaciones vividas los últimos años a raíz de las ideologías del gobierno de turno. Finalmente, fue en mayo de este año cuando 30 Mil vio la luz.
Jorge Rodríguez es militante, escritor, periodista y editor. Actualmente trabaja en Revista y Editorial Sudestada. Si bien él no es una víctima directa de la dictadura, Se considera una víctima, al fin y al cabo. “Víctima como lo es todo el pueblo argentino”, afirmó. Eso fue lo que lo impulsó a escribir este libro que, más que una recopilación, es un hilo conductor que recorre vidas de aquella época hasta ahora. Es una investigación que reivindica tanto a los compañeros que lograron sobrevivir, como a los desaparecidos, y también a sus familias, “sin ahogarse en el pesimismo”.
Algo característico es la escritura ligera, un libro que busca llegar a lo humano desde lo llano y poder contar lo que no se conoce. La idea es que cualquier persona logre entenderlo y comprender lo que significó la última dictadura cívico militar argentina.
El autor habla de la teoría de la invisibilización que aparece en cada rincón de esta historia: desde los centros clandestinos hasta el robo de identidades. Invisibilización que se traslada, bajo otras formas, a nuestros días. Invisibilización de los jubilados que no llegan a fin de mes, de las personas con discapacidad que no eligen la suerte que les toca vivir, de los estudiantes y docentes de las universidades públicas desfinanciadas. Pero, cuando los medios tradicionales le dan espacio, la mirada siempre esnegativa. Pareciera que la ultraderecha busca estigmatizar a los movimientos sociales. Quienes tuvieron el mote de subversivos en aquella época, ahora son considerados delincuentes. ¿Un jubilado es realmente un delincuente por ir a protestar cada miércoles frente al Congreso? ¿Los estudiantes y docentes son delincuentes por marchar pidiendo que se apruebe la ley de financiamiento? Estas son algunas de las inquietudes que surgieron durante la charla.
Para finalizar y a modo de reflexión, 30 Mil. A 50 años del inicio del terror invita a mantener viva la memoria y el pedido de verdad y justicia. La lucha por los derechos humanos no es fácil, pero es necesaria y “lo importante es estar en el camino”, expresó Jorge. Hoy más que nunca, como consecuencia del gobierno de turno y las ideas que propaga, debemos preservar obras y espacios que nos ayudan a lograr estos objetivos, que fomentan el debate y alientan el pensamiento crítico. Si bien es complicado poner luchas como estas por encima de otras cuestiones básicas en un contexto donde hay hambre, no permitamos olvidar lo recorrido hasta acá: un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla.

