La cantante y actriz Rocío Igarzábal regresa a Córdoba con su nuevo trabajo musical Volare, una propuesta íntima y emocional que busca reconectar con la esencia de la música. En diálogo con Somos WiFi, la artista habló sobre su proceso creativo, la evolución de su carrera y la emoción de reencontrarse con el público cordobés.
Podés ver la entrevista completa en el canal de YouTube Somos WiFi./ Entrevista a Rocio Igarzabal
El regreso a Córdoba
—Vas a presentarte el 11 de octubre en Córdoba. ¿Qué significa para vos volver a esta provincia?
Me emociona muchísimo. Córdoba siempre me recibió con los brazos abiertos. Tengo recuerdos muy lindos de cuando vine con otros proyectos, y ahora volver con Volare es una felicidad total. Amo esa energía del público cordobés, tan cálida, tan presente. Es una provincia que siempre me inspira.
El nacimiento de Volare
—¿Cómo nació Volare y qué querés transmitir con este proyecto?
Volare nació en un momento muy introspectivo, donde necesitaba volver a lo esencial. Es una canción que habla de libertad, de soltar y de confiar. Quise que el público sienta esa ligereza, esa ternura y ese impulso rítmico que te invita a moverte sin perder la calma.
La conexión con el público
—¿Qué te pasa cuando la gente te dice que una canción tuya la acompañó en algún momento de su vida?
Eso es lo más grande que te puede pasar como artista. Es el propósito de todo. Uno compone desde su historia, pero cuando alguien se apropia de una canción y la hace suya, entendés que la música trasciende lo personal. Es un puente entre almas.
El proceso creativo
—¿Cómo fue el trabajo de producción de Volare?
Fue muy orgánico. Quise que la producción fuera más minimalista, más centrada en la voz y en la emoción. Hay una búsqueda sonora más rítmica pero íntima, con mucho respeto por cada silencio. Estuve muy involucrada en cada detalle, y eso me hizo disfrutar aún más el proceso.
La elección del nombre
—¿Por qué elegiste el nombre Volare?
El título viene del clásico italiano “Volare”, que escuchaba de chica con mi familia. Tiene un significado enorme para mí. Me recuerda a mi abuelo, a los viajes, a la infancia. Esa canción me conecta con la idea de volar sin miedo, de confiar en el movimiento de la vida.
La evolución artística
—¿Qué diferencia sentís entre esta etapa y tus trabajos anteriores?
Creo que ahora hay más madurez y más conexión con lo que realmente quiero decir. Cada canción anterior fue necesaria para llegar a este punto. Volare es más íntimo, más mío. Ya no busco solo gustar, sino ser genuina. Y eso el público lo siente.
El encuentro en vivo
—Tus conciertos tienen algo muy emotivo. ¿Qué esperás de la presentación en Córdoba?
Espero una noche llena de energía y conexión. Me encanta cuando terminamos todos cantando, levantando los brazos, sintiendo lo mismo. Esos momentos donde el público y el artista se funden son los que justifican todo el trabajo. Ahí entendés que la música nos une, sin diferencias.
Los covers y el respeto por la música
—En tu repertorio incluís versiones de canciones clásicas. ¿Cómo vivís ese proceso?
Para mí, versionar una canción es rendirle homenaje. No se trata de copiar, sino de reinterpretar desde lo que una siente. La música es un lenguaje universal, y los covers son una forma de mantener vivas esas melodías que marcaron a tantas generaciones.
Lo que viene
—¿Qué te gustaría explorar en esta nueva etapa?
Seguir creando desde la honestidad. Estoy componiendo nuevas canciones, experimentando con sonidos distintos y colaborando con artistas que admiro. Volare fue el inicio de una nueva etapa, más libre y consciente. Lo que viene tiene mucho corazón.