Lisandro Márquez es un reconocido cantante de cuarteto argentino. Forma parte de una familia de músicos y comenzó su carrera a temprana edad. Alcanzó la fama con el grupo “Sabroso” tras pasar por “Manto Negro” y la banda de “Alberto Tosas”. Desde el 2015, Lisandro se lanzó como solista, cautivando a miles de seguidores en todo el país.
¿Como te sentís en relación con la exposición en las redes sociales? ¿Es algo que te gusta o no tanto?
Con respecto a las redes sociales, tengo una muy buena relación. Considero que soy un artista que arrancó a los 14 años y me llevo muy bien con las redes sociales. Hoy es una herramienta que, bien utilizada, la gente puede saber cómo uno se mueve, qué hace uno, cuando viaja, cuando va de gira, cuando ensaya, cuando saca un tema nuevo, cuando compone, cuando produce, cuando arma un evento.
¿Te podrías definir en tres palabras?
Definirme en tres palabras. Tengo muchos defectos de carácter, como todo ser humano. Soy falible. Muy creyente en un poder superior a mí, yo lo concibo como como Dios. Creo en todas las culturas, respeto todas las culturas, todo tipo de creencias y desde ese plano lo miro. Me considero un poco ansioso; esa ansiedad positiva que te lleva a trabajar y a arriesgarse más. Así que bohemio y soñador. Así que me excedo un poquito, serían cuatro palabras: humano, falible, con defectos y virtudes, y bohemio. Le agregaría soñador. Pero la bohemia lleva consigo eso. Bien aplicada hace que uno escuche música, lea y se realimente. Eso es como un agregado.

En una entrevista hace un tiempo mencionaste que escuchas de todo ¿Que estas escuchando últimamente?
Lo que estoy escuchando últimamente es mucho jazz, de todo. Folclore, salsa, música latina. Todo lo que tiene que ver con el mercado y la música anglosajona y el cuarteto un poquito más estilizado. Sin salirse de la de la esencia que traigo conmigo desde chiquito. Así que escucho de todo: folclore, jazz, rock nacional, cuarteto, tango, merengue, música afrocubana. Bossa nova, me gusta mucho la música brasilera.
¿Cómo ves la situación del cuarteto cordobés en este contexto provincial y nacional “distinto”?
Considero que esta modalidad nueva de estos grupos que están en auge está buena. Traen una propuesta diferente, más simple en lo musical. Algunos tienen una identidad propia porque son compositores y cantautores y otros que hacen covers y que cuando pase el tiempo son una moda. Otros artistas tienen una creación, una identidad porque son compositores. Si uno lo toma para bien, hay que aprender y adaptarse a esta situación, esta forma nueva de componer, a nivel provincial, a nivel federal. Para mí no es raro, sino que es una propuesta diferente a la cual hay que saber adaptarse a su lenguaje y a la forma de componer.
¿A quién acudís cuando necesitas ayuda? ¿Seguís haciendo terapia?
Cuando necesito ayuda, mi primer consultor es Dios, estando conmigo mismo, estoy en conexión con este poder superior. Dios y Jesucristo. Y ese es el primer consultor. Después sí, hago terapia. Y en la misma terapia hacemos un apartado con un profesional muy reconocido aquí en Córdoba y a nivel nacional, un comunicador social, artista plástico también es, que me ayudó mucho. Eso me impulsa, me motiva, este, a que sea un pívot muy fuerte, un pilar más que todo, muy fuerte en mi vida: Dios y mi terapeuta. Para poder estudiar neurociencia, hacer gimnasia emocional y eso lo llevo y lo traslado a mi labor.
Hace ya muchos años que estas dentro del mundo del cuarteto ¿Hubieras hecho algo distinto en tu carrera?
Si hubiese hecho algo diferente, creo que lo hice cuando hice Los Qualities que nos dimos el gusto de hacer y versionar temas de Marc Anthony, de Juan Gabriel, de Luis Miguel, de Spinetta, de Calamaro, de Charly García. Está en la plataforma de YouTube. Y salió un disco de ese de ese segundo Quality. La otra propuesta fue cuando me convocaron en el Orfeo, junto con Pastora Soler, armamos una producción. Mi productor armó en ese momento como cantante hacer el Orfeo junto a esta artista española de la hostia, muy vigente en su país, fundamentalmente en Sevilla, Madrid y Barcelona.
Y la idea es trascender, todavía no he viajado con mi música, y sí me gustaría llevar esta propuesta para España. Nunca es tarde cuando la propuesta está ahí latente. Y en este crecimiento federal de este producto que soy, todavía no creo que sea una marca registrada como las grandes bandas lo han sido. Creo que no me queda nada en el tintero. Pero nunca se termina de aprender. Hacer algo diferente para mí sería justamente cruzar la frontera y estamos a un pasito. Será este año, será en el verano, será cuando termine la temporada, cuando me tome un receso, irme a España y después a Italia.
¿Cuáles son tus planes y proyectos para el verano?
Los proyectos para el verano es hacer toda la temporada y todos los festivales y las fiestas nacionales que se vienen, tengo primicias y que este que las iré desarrollando en las redes sociales. Nos vamos a Tucumán, Salta y Jujuy. Y después seguir girando y mirando por todo el país como lo hacemos todo el año. Si bien tocamos en Córdoba una vez o dos veces al mes, vamos a proyectar este verano y esta temporada haciendo todas los shows o bailes.
La gente lo toma más como como un espectáculo, lo mira más que bailar. En algunos lugares se baila más y en otros se lo mira más, pero el proyecto es ese. Y la intención es esa, seguir recorriendo todo el país y trascender en ese en ese en esos lugarcitos que todavía esta falta un desarrollo artístico, como es la parte de Tucumán, Salta y Jujuy. Después lo demás hemos recorrido todo el país y lo vamos a seguir haciendo todo el año en los festivales grandes.
¿Tenes algún proyecto para trabajar o hacer colaboraciones con otros artistas?
Tenemos programado hacer varios feats con diferentes artistas nacionales. Trabajar con ellos, justamente hacer colaboraciones con artistas de Buenos Aires, con artistas cordobeses, con artistas del norte también de nuestro país que son muy reconocidos. Como el caso de Abel Pintos, en el caso de Jorge Rojas, aquí en Córdoba con Jean Carlos, con Ulises Bueno, con mi hija Valentina. Este sería el paso a paso. Para poder desarrollar estos proyectos y poder hacer una colaboración con ellos, tiene que haber una alquimia, una empatía y por supuesto una sintonía de querer trasladar esa canción y adaptarnos y estar a la altura del de tremendos artistas que nombré.
En conclusión, la trayectoria de Lisandro Márquez se define por una constante evolución y una profunda conexión con sus raíces. Su presente está marcado por un enfoque moderno en las redes sociales y la búsqueda de la expansión internacional. Proyectos como sus colaboraciones futuras y la meta de llevar su música a España e Italia, demuestran su espíritu bohemio, soñador y ambicioso.