En octubre la banda cordobesa Irmanas deslumbró en el escenario del festival PRGY y aprovechó su presentación para traer a la mesa una conversación que quedó perdida entre las rendijas de los debates sociales actuales. Esta es la cuestión de la presencia de artistas mujeres en eventos musicales, un aspecto de la industria musical que en nuestro país está regulado por Ley, pero que aún así sigue sin ser una cuestión completamente igualitaria.
En el 2019 se sancionó la Ley de Cupo Femenino y Acceso de Artistas Mujeres a los Escenarios Musicales (N° 27.539), una iniciativa que se fue cultivando tanto en las redes sociales como en las calles, promovida por mujeres, artistas, y agrupaciones feministas que con el impulso del Ni Una Menos, empezaron a señalar todos los diversos aspectos donde el machismo y el sistema patriarcal generaban desigualdades de género que no estaban siendo notadas. La música fue una gran parte del debate, el cual se manifestó con las acciones de artistas mujeres utilizando sus espacios en los escenarios para pedir por el aborto legal, la inclusión en lo festivales, y demás temas que copaban la agenda de género, asi como también en las marchas, con feministas en la calle pidiendo por la Ley de Cupo Femenino en conjunto con otros diversos reclamos sociales.
Lo que la Ley establece no es ni más ni menos que la presencia obligatoria del 30% de artistas solistas o agrupaciones femeninas en eventos musicales que convoquen a más de 3 grupos, sin embargo, este pedido aparentemente menor en su momento generó mucho debate y opiniones desafortunadas de personajes como José Palazzo, productor del Cosquín Rock, quien en su momento afirmó “no hay suficientes mujeres con talento a la altura del Cosquín Rock”
A 6 años de la sanción de esta Ley, muchas cosas han cambiado: las grillas de festivales, los artistas más escuchados, las preocupaciones de los ciudadanos, el gobierno. Ante este clima actual, por momentos muy violento, en otros momentos indiferente y dividido, las Irmanas quisieron traer este tema nuevamente bajo el reflector.
¿Qué pasa con las mujeres en los festivales de música hoy?
El sábado 11 de octubre, las Irmanas se subieron al escenario del festival PRGY con remeras que enunciaban “Cupo femenino”, frente a una pantalla color verde chillón, símbolo característico de la lucha por la intervención voluntaria del embarazo. Días después, a través de un comunicado en Instagram, la banda de mujeres expresó su decepción ante la presencia de tan solo 16 mujeres en un festival donde, por otro lado, se presentaron 51 hombres. Este número de mujeres en porcentaje equivale a tan solo el 23% de la grilla, un número que no llega siquiera al mínimo establecido por la Ley.

“¿Qué íbamos a hacer? ¿No decir nada? ¿Acaso las mujeres tenemos la opción de subirnos facheras al escenario, tocar la lista, y bajarnos como ellos?” expresó Irmanas vía Instagram. “Este año nos cansamos de ver fechas de dos, tres proyectos, donde no había ni una sola mujer arriba del escenario, y algunos creen que es casualidad… 30 tipos haciendo solos de guitarra bastarán, en un 2025 como este, para llenarte el boliche”.
Si bien el Informe 2024, producido por el Instituto Nacional de Música, respecto al desempeño de la Ley de Cupo Femenino muestra un decrecimiento del 53% de denuncias a festivales que incumplan la ley, Córdoba encabeza la lista como la provincia con más denuncias. Frente a esta situación, y lejos de quedarse cómodas con la declaración en el escenario y en redes, la banda de mujeres se encargó de recopilar en un archivo de Excel, con orden alfabético y ocupación, un listado de mujeres en Córdoba que se dedican a la música. El archivo quedó destacado en el perfil de Instagram de la banda, y las artistas pidieron a sus seguidores que las ayuden a seguir ampliándolo. Con esta acción, y de alguna manera contestándole a ese Palazzo de tantos años atrás, Irmanas le hace frente a la falsedad de que “no existen tantas mujeres con talento en la música”, y extiende una mano a sus colegas, para juntas reclamar el espacio en los escenarios que tan difícil parece alcanzar.