Córdoba alberga, como una de las ciudades más antiguas de la Argentina y como epicentro de transformaciones sociales y políticas de suma influencia, una variedad inmensurable de historia escondida en los recovecos y grietas de sus cimientos. Desde la iglesia más longeva del país, emplazada en pleno centro de la ciudad, hasta su universidad pionera en América Latina, la ciudad siempre funcionó como una suerte de “faro” para la región: atrajo jóvenes, profesionales y visitantes de diferentes puntos, desplegando un legado que marcó profundamente la identidad cultural argentina.

Entre todo este bagaje, un barrio que siempre ha dado qué hablar –tanto para el local como para el foráneo– es el icónico Alberdi: cuna de pasiones, de artistas, de revoluciones. Y cuna, también, de proyectos que intentan revalorizar su propia memoria: así nace Territorio Alberdi, una propuesta de turismo comunitario urbano que articula a diferentes prestadores turísticos y residentes de Alberdi, Alto Alberdi y Villa Paéz para ofrecer una serie de experiencias que sean atractivas y genuinas para visitantes y vecinos. Desde sus propia carta institucional, se hacen explícitos los valores y fundamentos donde se asientan, presentándose como una proyecto “de base social, auto gestionado, sustentado en prácticas de la economía popular, promoviendo la inclusión de colectivos históricamente desfavorecidos: mujeres, disidencias, pueblos originarios y migrantes”.

Originalmente, la idea nace entre dos nativos del barrio, Leandro Zamprogno y Paula Soria,  quienes se encontraban realizando el trabajo de investigación para recibirse en la Licenciatura en Turismo y buscaban algo que les sirviera “a su propia comunidad” en vinculación con el centro vecinal y luego con la red Pueblo Alberdi. En comunicación con la redacción de El Aspirante, Paula Soria relató que la primera respuesta fue bastante negativa: “la comunidad nos dijo: no queremos ser Güemes, queremos seguir siendo un barrio, no queremos que el turismo nos invada”. Es justo ahí cuando, señala, surge la modalidad de turismo comunitario, como la herramienta que “les permitió poner a la comunidad en el centro de la práctica turística y pensar qué se quiere mostrar, de forma que sea la misma comunidad quien decide cuál es su patrimonio”.

De esta manera, a lo largo de 2023, los coordinadores del proyecto Territorio Alberdi realizaron una serie de asambleas y talleres con distintos referentes de organizaciones y con vecinos en el territorio. De la charla, los acuerdos y la negociación, nacen sus primeros tres recorridos: Leyendas de la Córdoba Rebelde, que recorre el barrio destacando el rol de las mujeres protagonistas de conquistas populares; el Identidad Revolucionaria, que está pensado para visitantes extranjeros donde se revisan los hechos del Cordobazo y la reforma universitaria; y el Barrio Birra, que propone un trayecto por los espacios recuperados por la lucha barrial como La Piojera, la plaza Elvira Ceballos y fundamentalmente el espacio de la cervecería Córdoba. Además, Paula nos relata que mantienen un recorrido temático, el Huellas de la Memoria, que desarrolla y desanda historias de vida y militancia de algunas de las personas desaparecidas en el barrio durante la última dictadura militar.

En este último año integraron uno de sus recorridos más populares: el “Soy Cordobés”, que recuperando el clásico del Potro, propone un acercamiento a la zona centrado en la historia del cuarteto y la cultura popular, atravesando espacios como el Estadio del Centro, la Plaza de la Música (ex vieja usina), los murales de La Mona, el Espacio de la Cervecería (donde se encuentran también murales que relatan la historia del cuarteto a través de los años) y la Cancha de Belgrano, donde se ubica la figura de Rodrigo.

Sin embargo, su catálogo no se queda solo en itinerarios guiados: también se integran dinámicas de búsqueda del tesoro, dinámicas adaptadas para familias o para infancias, salidas fotográficas vinculadas a plataformas como Wikimedia, ferias de emprendimientos locales y otras actividades culturales, siempre acompañando el calendario de festividades del barrio. 

Desde sus comienzos, esta práctica turística estuvo pensada en orden de que tuviese un triple impacto: sobre lo social, lo económico y lo ambiental. Tal vez la más palpable sea su influencia social, con su trabajo de reconocimiento del patrimonio barrial a partir de su resignificación en el presente. Como organización, destacan en este sentido uno de sus atributos más evidentes: ”las visitas guiadas son un lugar de diálogo y un espacio de construcción colectiva de saberes y de memorias, porque no están planteados como una visita guiada tradicional donde la guía tiene el saber y lo imparte a las personas, sino que se va construyendo en un diálogo participativo entre vecinas, vecinos, el guía o la gente que pasa”.

Por otra parte, el proyecto también busca un impacto económico: aunque este no se piense como una alternativa de generación de recursos financieros que puedan servir para mantener económicamente a cada negocio, sí funciona como un complemento a las actividades que estos emprendedores o familias desarrollan. Las visitas guiadas tienen un valor que está otorgado por la guía y la red, dedicado al honorario de la guía, a cubrir posibles costos de aménities o degustaciones, y también a contribuir con las organizaciones que abren sus puertas, como el Museo de la Cervecería, las ferias de economía popular, o el Centro Vecinal Alberdi (que es el que conecta con las organizaciones).

Desde sus coordinadores, plantean que tienen como una posibilidad desarrollar una experiencia que involucre pueblos originarios o comunidad migrante y destacan que han existido “algunas iniciativas tendientes a llevar estas prácticas a otros barrios, principalmente lo que serían los barrios pueblos más tradicionales de la ciudad de Córdoba”. En este sentido, diagnostican un problema claro en su proyección a futuro: “el público está siendo muy local y la idea es expandirse y llegar con la difusión y promoción de las actividades cada vez a más gente, lograr un público lo más diverso posible”.

En definitiva, se trata de un proyecto lleno de alma y lleno de deseo de apropiarse esos espacios públicos cargados de historicidad. Bien como señalaba la frase que la propia organización sabía rescatar de León Tolstói, aún es posible “pintar la aldea para que sea universal”. 

Próxima salida: se realizará el recorrido Barrio Birra el 18 de octubre de 2025. Más información en su cuenta de Instagram @territorioalberdi.