La activista española Yayo Herrero fue invitada especial en una mesa de discusión sobre la militancia campesina, el extractivismo patriarcal y el cuidado como herramienta revolucionaria.
El ciclo de charlas sobre feminismos ecoterritoriales inició en la Facultad de Ciencias Sociales de la mano de la Fundación Rosa Luxemburgo. Con el nombre “Reexistir en tiempos de crisis”, la charla abordó los problemas políticos de la actualidad desde una perspectiva feminista, popular y territorial.
Carolina LLorens comenzó la ronda de exposiciones desde una perspectiva local, como integrante del equipo de feminismos y diversidades del Movimiento Nacional Campesino Indígena “Somos Tierra” (MNCI). Su exposición comenzó desde la ausencia por parte de los feminismos en “articular lo rural y lo urbano”, siendo que las mujeres y diversidades que trabajan en el campo se encuentran más vulnerables a la criminalización y a la deslegitimación. “Es sobre nuestros cuerpos que se sostiene el 70% de la mesa alimentaria, es nuestro trabajo productivo y reproductivo”, expresó la militante. A partir de este planteo, Llorens reclamó la adición que enfrentan las mujeres campesinas de tres a cuatro horas de trabajos de cuidado a su jornada diaria. Además, la invitada planteó la necesidad urgente de una reforma agraria integral desde una perspectiva feminista. Esta debe buscar reducir la brecha de género sobre la posesión de tierras, ya que estas son principalmente trabajadas y cuidadas por manos de mujeres que no tienen la posibilidad de poseerlas.
La segunda exponente fue Francisca “Pancha” Fernández Droguett, antropóloga y profesora en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano de Chile. En la actualidad, forma parte del Movimiento por el Agua y los Territorios MAT y también de la Articulación Feministas de Abya Yala. Droguett enfatizó su presentación en la relación que se encuentra entre el extractivismo capitalista y el patriarcado, especialmente a través de la violencia sexual como violencia política. La antropóloga fundamentó este tipo de coacción como una herramienta disciplinadora desde la constitución del continente americano, a través de la violación, la hipersexualización y el insulto. “Cuando un pueblo es despojable, los cuerpos también pasan a ser desechables”, expresó Droguett al compararlo al extractivismo territorial. A su vez, la profesora explicó el título de este ciclo a partir de la palabra reexistir como una forma de “recrear y disputar las condiciones de la propia existencia”, buscando una justicia restaurativa.
Para cerrar el conversatorio, expuso la antropóloga, ingeniera y activista ecofeminista española Yayo Herrero. La invitada planteó que el ser humano es vulnerable e incapaz de existir sin la necesidad de cuidado y de cuidar. Esta exposición abordó el rol de las mujeres en la cultura occidental que han sido sometidas a la división del trabajo, dejando el cuidado en un segundo plano. Herrero explicó: “Hemos de construir sociedades, políticas, culturas y economías que pongan la vida en el centro, esto quiere decir comprometerse radicalmente con la garantía de condiciones de vida dignas para todas las personas”.
La antropóloga planteó que, en la actualidad, existe una “sacralización del dinero” que lleva a toda la vida a someterse al crecimiento de la economía. Esto concluye en un inevitable decrecimiento de la esfera política. Herrero explica que es así como aparecen soluciones distópicas a la crisis ecosocial que atraviesa el mundo en la actualidad. Es en el caso de Occidente a través de miradas neofascistas que consideran la reserva de los recursos naturales para unos pocos que pueden “comprarlos”.
La autora española afirmó que es imposible tener imaginación para pensar soluciones o salidas sin memoria. “La memoria del dolor, pero también del disfrute”, expresó Herrero, haciendo referencia a una pedagogía política que escuche y retome las expresiones populares.