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Los servicios de “novias virtuales” despiertan curiosidad e interés en redes sociales ante la aparición de agencias y cursos que prometen ganancias en dólares, dentro de pocas semanas.

En los últimos meses comenzó a popularizarse en redes sociales y medios masivos el servicio de mujeres que realizan videollamadas diarias con varones a cambio de una retribución económica. Si bien estas prácticas existen en el trabajo sexual desde hace años a través de las Cam Girls y el Sexting, recientemente cobraron un nuevo significado dentro del contexto económico que atraviesa al país y que afecta a un gran número de mujeres.

Desde el año 2020, la oferta de perfiles de contenido adulto creció exponencialmente en plataformas como Only Fans, Telegram e Instagram, posicionándose en todo el mundo como una nueva salida laboral. Especialmente en la Argentina, al enfrentar la crisis económica y la caída del empleo durante el aislamiento social. Desde entonces, la venta de contenido adulto comenzó a ser considerado cada vez más por mujeres de entre 18 y 40 años como un aporte económico.

Este crecimiento de plataformas independientes ha ampliado la proliferación de managers y agencias de “streamers” en redes sociales como Instagram y TikTok. Así, promocionan a un público general la posibilidad de ganar grandes comisiones en dólares, en poco tiempo y por sólo ofrecer compañía emocional a “novios internacionales”. Las agencias como Femme Agency, Phoenix Agency o Flow Agency transmiten un mensaje ambiguo: ser dueña de tu propio negocio digital. Las palabras “girl”, “facturar” y “empoderar” acompañan narrativas sobre la independencia y la salud mental como búsquedas para liberarse de relaciones tóxicas o formas de vida insatisfactorias. Para estas agencias, cambiar tu realidad es una cuestión de disciplina y de “tomar lo que te corresponde por derecho”. Estos mensajes tiene como público objetivo madres solteras, mujeres que quieren independizarse o pagar sus estudios.

Una promesa es clara y explícita: la posibilidad de cerrar un mes de videollamadas con mil quinientos dólares en la billetera virtual desde la comodidad de tu casa. Estos perfiles trabajan a partir de la venta de asesorías de cómo producir contenido, además de la recaudación de porcentajes por comisiones producidas semanalmente. A través de aplicaciones de videollamadas como Tochat, Bigo, Yaar se producen los encuentros con los clientes que pagan mediante bonus y “regalos” por la interacción. Cada agencia tiene una meta mínima, comenzando por 26 dólares semanales, obteniendo la ganancia a través de aplicación de pagos internacionales como Volet o Artim. Los principales consumidores de estos servicios provienen de países como España, Estados Unidos o Canadá.

El mensaje termina siendo ambiguo: sos novia virtual pero sólo tenés que mandar mensajes, nada explícito; al mismo tiempo en que los consumidores de estas plataformas de videollamadas informales buscan más que eso.

“La palabra ‘novia virtual’ es el mismo trabajo sexual, sólo que para viralizarse y estar en las redes se tiene que usar ese lenguaje como estrategia; es más suave decirlo de esa forma”, explica Claudia. Ella brinda su servicio en Only Fans hace cinco años y se encuentra dentro de la Red por el Reconocimiento del Trabajo Sexual de Córdoba. Para Claudia, así es más fácil expresar este tipo de trabajo sexual y evitar la estigmatización tanto de quienes lo ofrecen como de quienes lo consumen. Incluso, afirma que aunque no hayan encuentros eróticos en este tipo de contratos, el vender una imagen o intimidad emocional entran dentro del espectro del trabajo sexual: “es más complejo que pagar por afecto”, dice.

Claudia manifiesta que prefiere ejercer el servicio de forma presencial, ya que la virtualidad conlleva mucho esfuerzo para mantener el flujo de clientes, invertir muchos recursos y competir con la oferta que existe hoy en día a sabiendas de que puede fallar.

El éxito que prometen estas agencias con mensajes ambiguos, no representan el esfuerzo y la inversión de quienes se dedican a poner en práctica este servicio. Además venden un ideal del público y el éxito en estas plataformas que generan expectativas inciertas a mujeres que exponen su identidad.