La Facultad de Ciencias de la Comunicación está dada vuelta. Personas entran, salen, se sientan en las aulas, escuchan, miran y crean. Claro, comenzó la V Bienal de Periodismo y Comunicación.
Es martes 3 de junio. Otoño en su mayor esplendor. El sol que raja la tierra, pero el viento más frío que el mate que se olvidó un estudiante en los banquitos de afuera.
Recorro toda la Facultad, chusmeo los distintos talleres y conversatorios que se están llevando a cabo. Me intriga la cara de concentración de algunos.
Sigo caminando, me distraigo en cada paso que doy. Son las 11:50, ya va a comenzar mi cita con los representantes de las radios comunitarias.
Me dirijo al edificio nuevo, subo las escaleras. Me topo con el aula 14. Sigo caminando, paso a paso, escalón por escalón, ya se va sintiendo el murmullo de los participantes. Por fin llego al aula 15.
Busco un asiento, están todos ocupados por los alumnos del Taller de producción radiofónica. Encuentro un banco solo al fondo, con un rayo de sol que le pega justo y me ayuda a no congelarme. Un lugar ideal que me permite observar bien todo el contexto.
Son las 12 y la profesora Tamara Liponetzky comienza el conversatorio; “La encrucijada de las radios comunitarias en el contexto actual”.
“Nuestra encrucijada comienza de la pregunta ¿Cómo sostenernos?”. Así dio inicio al conversatorio Emilia Calderón -radio “La Ranchada”-.
Emilia continuó explicando la historia del medio de comunicación. Hace más de 35 años que se fundó y fue la primera radio basada únicamente en cuarteto. Sin embargo, Emilia contó que hoy se les está haciendo muy difícil mantenerse en pie. Junto a sus demás colegas, que estaban también presentes, explicaron cuáles son las dificultades que atraviesan día a día.
Las radios comunitarias son radios grandes, con trabajadores y trabajadoras. Tienen la finalidad de comunicar, de difundir lo que no se ve, lo que no se escucha y lo que no observan los grandes medios.
“Nosotros nos caracterizamos por entender la comunicación al servicio de nuestros ciudadanos y ciudadanas. Pensamos en la comunicación como un derecho” explicó Emilia.
Pero actualmente están sufriendo un gran desfinanciamiento por parte del gobierno y la ausencia de pautas publicitarias. Esto termina generando una dificultad muy grande a la hora de construir en colectivo.
Candela Reales -radio “Sur”- tomó el micrófono para mencionar que hoy está en peligro todo lo construido, y como dice ella, “no todo tiene que ver con lo meramente informativo”. Sino que peligra todo lo que conlleva financiar una radio comunitaria, de principio a fin.
Hay que replantearse la pregunta de ¿A quienes representan hoy las radios comunitarias? y procurar “seguir en contacto y vinculación con la comunidad” finaliza Cande.
La radio “Tortuga” de Alta Gracia, también estuvo presente representada por Mateo Ortega. Este medio tiene 17 años y nació con el objetivo de darle visibilidad a un sector de la ciudad que no era escuchado. “Llegamos para romper con el ecosistema mediático de la ciudad” aclaró Mateo.
Siguiendo con lo que ya habían mencionado las chicas, él se adhirió a todo. También contó que “Tortuga” le da espacio a las organizaciones sociales y actualmente trabajan haciendo micros de radio con los colegios secundarios. Mencionó que están en lucha por el bajo financiamiento e invitó a todos los estudiantes a participar en las radios comunitarias porque, como dijo, “son un espacio de participación política”.
Para las 12:40 el aula estaba más vacía. La mitad de los estudiantes y participantes se fueron a seguir con sus actividades. Entre murmullos, sillas que se corrían y el ruido del mate que rondaba, se le dio palabra a Jorge Boido –radio “Villanos”, Carlos Paz-, quien dio cierre al conversatorio.
Jorge explicó el peligro que está corriendo actualmente El Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisuales (FOMECA). Mencionó que los fondos que reciben actualmente las radios comunitarias son muy pocos. Siendo del interior del país es aún más complicado, ya que más del 60% de ese presupuesto es únicamente para Buenos Aires, explicó Boido.
“La comunicación es un derecho, donde el Estado debe aportar y respetarlo” concluyó.
La problemática que atraviesan estas radios es algo real, preocupante y alarmante. La lucha debe seguir. Es por esto, que los cuatro disertantes del conversatorio mencionaron su agradecimiento a la Facultad por el espacio, e invitaron a todos los estudiantes a repensar la situación que atraviesan actualmente.
Llegaron las 13:00, la profesora Tamara le dio cierre a esta charla. Los pocos estudiantes que quedaban en la última aula del edificio nuevo abandonaron el lugar. Las escaleras eternas seguían ahí, esperándome para que baje y siga con mi día.