Los procesos electorales en la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC) tienen un tinte propio. El 2025 tuvo la particularidad de la elección del Decanato para los próximos tres años. Entre las históricas listas, Convergencia y 12 de diciembre, hubo una participación militante marcada: la de nodocentes. “Somos la columna vertebral invisibilizada de la facultad”, afirmó Amelia Orquera, representante del claustro en el Consejo Directivo. “Somos sujetos políticos y jugamos políticamente”, completó su compañera de banca, Fabiana Frini.

Según el padrón electoral, los nodocentes en la FCC son 46 personas que trabajan en 27 áreas que comprenden Secretarías y oficinas. Orquera lo calificó como un claustro de conformación variada y versátil, dividido en cuatro ramas: “servicios generales, administrativos, técnico-profesionales y asistenciales”.

El mayor acuerdo entre nodocentes es que no hay acuerdos. El claustro está dividido entre quienes apoyan a una lista u otra y una minoría que se abstrae. Soledad Miguel, militante de la oposición (12 de diciembre), atribuye la separación a una cuestión histórica, presente desde antes de que la Escuela de Ciencias de la Información (ECI) se volviera facultad. “En general, nuestra planta crece cuando se muere o se jubila alguien, tristemente. Cuando queda el cargo vacante, en lugar de concursarse, se separa”, comentó. En este sentido, el conflicto se desenvuelve entre quienes son trabajadores de planta permanente y los no docentes que ingresan cuando asume una nueva gestión.

La gestión cotidiana, el reconocimiento pendiente

El rector de la UNC, Jhon Boretto, visitó el Consejo Directivo de la FCC en noviembre de 2024. Para ese día, los miembros del claustro no docente se presentaron al encuentro vestidos de negro y con una carta abierta en la mano. “El 72% del personal nodocente de la FCC se encuentra por debajo de la línea de pobreza”, denunciaron, siendo que el 75% de personas que lo componen “cuentan con títulos de pregrado, grado y posgrado”. Fabiana Frini, consejera, dijo con orgullo: “Yo creo que ese día fue un hito en el Consejo”.


— Quiero que el claustro nodocente realmente sea parte del gobierno de la facultad. Que los nodocentes sean gestión, estar en la toma de decisiones, sentados en la misma mesa que las autoridades — sostuvo Amelia Orquera.

— Más allá de que milito en la 12, en las cuestiones del claustro, yo respondo a los compañeros. Las gestiones van cambiando, pero el claustro sigue, y nosotros tenemos que venir todos los días y tenemos que generar esa unión — pronunció Juan Bratti, militante de 12 de diciembre y delegado suplente de la Gremial San Martín.

— El claustro de la facultad está muy preparado, muy capacitado. Tenemos las herramientas para sostener la gestión de la facultad y aún así nuestro voto vale menos que el de un egresado, siendo que nosotros, junto con los estudiantes, somos quienes más tiempo pasamos en la unidad académica — dijo Soledad Miguel.


Según redactaron en la carta abierta, los nodocentes constituyen el claustro más pequeño pero habitan las facultades todos los días y sostienen el funcionamiento de las unidades académicas. En diálogo con Orquera, enfatizó: “Para todo se necesita un nodocente, pero no se nos considera. La muestra está en los espacios de participación oficiales que tenemos, en la ponderación de nuestro voto en elecciones (7.5%), en las bancas que tenemos en el Consejo Directivo (1)”.

La política, espacio del (des)encuentro

Usualmente, en las jornadas democráticas vota la totalidad del padrón no docente. Integrantes del claustro reconocen que las opiniones políticas del personal son diversas y se materializan en lo cotidiano. Muchos militan hace más de una década en una u otra organización de la FCC. En palabras de Fabiana Frini: “Ambos sectores somos muy activos políticamente”.

En 2016 el Consejo Superior de la UNC dictó la “normalización” de la FCC (el paso de escuela a facultad). Desde ese momento y hasta la actualidad, la lista de Convergencia ganó las elecciones decanales.

Juan Bratti milita en la oposición hace 13 años. Estuvo presente en la normalización: “Movieron gente por ver quién era o no era de confianza. Nosotros, los que habíamos participado en la creación de la facultad, lo sentimos una intervención”. Soledad Miguel es su compañera, y lo recuerda similarmente: “Cuando ingresó esta gestión normalizadora, me invitaron a retirarme del área en la que estaba trabajando”. También mencionó una situación que le preocupa: “La mayoría de veces que me entero de cosas de la facultad, es por el Instagram de la facultad”.

Las representantes nodocentes en el Consejo Directivo describen una situación tensa y palpable. “No puedo ser inocente y omitir que hay algunos nodocentes que no nos interpelan como representantes legítimas a pesar de que lo somos. Lo que realmente preocupa es que no haya diálogo”, sostuvo Orquera.

A pesar de las distancias ideológicas y partidarias, el claustro busca fortalecerse en condiciones de igualdad con otras facultades, reconocer la profesionalización de sus miembros y adquirir mejores categorizaciones para los trabajadores. “Lo que más nos diferencia con la militancia estudiantil, por ejemplo, es que acá hay un salario de por medio”, concluyó Frini.