“Les voy a contar la historia de una niña, encajaba dentro de los estándares esperados para hacer de dama antigua todos los años. La hija de una maestra rural que había comprado un vestido amarillo con miriñaque decorado con puntilla negra en los volados. Un vestido que se amortizaba hacía tres años y que aún le entraba. Otro año más esta niña participaba en el acto como dama antigua. Ella sabía las letras de todos sus compañeros que actuaban de caballeros. El día del acto de la Revolución de Mayo llegó. Ese día la niña ni siquiera pudo entrar en el acto. Salió corriendo de la escuela,despavorida y llorando. Llegó a su casa, se sacó el vestido, busco un traje de su papá y se lo puso, acomodó todos su peluches como si fueran espectadores y con el rimel corrido, el pelo recogido y el traje puesto dijo las líneas de sus compañeros a la perfección. Esa niña, era yo.”
Así expuso el comienzo de su transición Santiago Merlo, quien luego de aquella anécdota emocionante y cruda, recibió gran ovación de parte de todo el auditorio de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba.
El primero de noviembre pasado se llevó a cabo en la ciudad universitaria el Primer Congreso Nacional sobre las Niñeces Trans organizado por la asociación civil cordobesa presidida y fundada por Santiago, “La casita trans”. La asociación civil contiene a casi 80 familias de la provincia en el proceso de transición de una niñez trans, en la que se escucha a la familia, pero principalmente a quien está siendo protagonista de ese proceso, respetando sus tiempos, sus gustos, sus elecciones. Lugar en el que las familias encuentran acompañamiento legal en caso de que corresponda e información sobre profesionales, en caso de que sea necesario, pero principalmente es un lugar de encuentro, de amor, un lugar en donde cada quien encuentra la libertad de apropiarse de su identidad sin tabúes, sin prejuicios.
Zoe es la niña trans que llegó a la asociación buscando un lugar donde su mamá y su papá encuentren herramientas para acompañar su transición y quién transformó la misión de “La casita de varones trans”, como antiguamente se llamaba para convocarse a lo que es hoy “La casita trans”. Por ello fue elegida como la representante de todas las niñeces trans que constituyen a La casita para dar inicio al congreso. Más allá de los nervios, la timidez que genera la exposición y la presión de ver un auditorio lleno de gente atenta a quienes están en el escenario, fue contundente con un mensaje simple: “gracias a todos por venir.”
El estandarte que lleva adelante el congreso es construir una sociedad en donde las futuras niñeces tengan la oportunidad de vivir con los derechos ganados por quienes hoy son adultes, para vivir con dignidad y dicha la elección que cada quien hace, porque como dijo la abogada Cristina Monserrat Hendrickse: “las travas seguimos naciendo.”
El congreso se dividió en siete temáticas: “Niñez Trans, mi identidad, mi derecho”, “Educación, trayectorias libres de violencia desde el nivel inicial”, “Crianzas y familias en transición”, “Niñeces intersex”, “Salud integral de niñeces trans y no binarias”, “Educación sexual integral, didácticos para acompañar” y “Paternidades trans.”
Cada una de las exposiciones estuvo disertada por profesionales y referentes de la comunidad trans, entre quienes se destacan la Dra. Fide Azarian y la abogada Cristina Monserrat Hendrickse quienes participaron de la primer temática resaltando la historia de la lucha de la comunidad gay hasta lo que hoy es la comunidad LGBTQI+ y en donde se habló de la importancia de reconocer la diferencia entre los conceptos como Identidad de género, orientación sexual y expresión de género, explicando la diferencia entre los mismos y rescatando la importancia que tiene la Educación Sexual Integral (ESI) para reconocer y respetar cada uno de los procesos individuales que las personas transitamos.
María Pía Ceballos y Merlo expusieron experiencias propias de transición, vulnerabilidad, dolor y resiliencia, como así también situaciones que atraviesan las niñeces dentro de la escuela en la actualidad con una ley que les avala el derecho de respetar su identidad de género pero con instituciones que no están preparadas para ello.
“Crianzas y familias en transición” y “Niñeces Intersex” fueron temáticas en las que el auditorio quedó notablemente sensibilizado con las historias relatadas por sus protagonistas sobre las adversidades transitadas y la resiliencia que les deja la experiencia. Mientras que Alejandro López Bemsch llegó desde la provincia de Tucumán para compartir la dura historia de vida atravesada por las mutilaciones y los estudios médicos exploratorios que sufren quienes como él nacen con la condición de biológica intersex. Su conmovedora historia esta atravesada por sucesos en donde las instituciones médicas violentaron su físico y sus derechos desde bebé por no encajar su genitalidad dentro de los parámetros binarios normativos. Alejandro, contó a los presentes que hay un proyecto de ley que la comunidad intersex busca que llevar al congreso para evitar los sufrimientos de niñeces por nacer.
En “Salud integral de niñeces trans y no binarias” y “Educación sexual integral, didácticos para acompañar” se compartió información útil para quienes están empezando el camino de la transición respecto a donde acudir, a que profesionales y sobre donde encontrar el material pedagógico que La casita trans ofrece para acompañar esa transición de manera lúdica, con objetos complementarios sobre ESI que sirven para acompañar a las niñeces en general pero que también sirve para situar a los adultos frente a estas nuevas realidades que vienen a enseñarnos sobre empatía, amor y comunidad.
“Paternidades trans” fue un cierre a corazón abierto en el que a través de las historias de vida compartidas por quienes componen la “Red de paternidades trans” se movilizó todo el auditorio. Benjamín Génova invito a ser parte de la exposición a Santiago en un encuentro que terminó en una abrazo grupal de emociones de lucha compartidas, de trabajo y de resiliencia.
El congreso transcurrió como se lo propusieron los organizadores al comienzo del evento: una fiesta. Se celebró el encuentro, los reconocimientos y la reafirmación de los derechos obtenidos después de años de lucha en donde el lema que recorrió a cada una de las personas presentes fue “La ternura como trinchera”. Haber concretado el congreso y ser parte de un evento que representa para la comunidad trans fue para todos una punta de lanza hacia un sitio común, porque fue un hito en la historia de las personas trans en donde se busca visibilizar y poner en agenda la necesidad de políticas que respalden los derechos humanos y de la comunidad hacia una vida digna en todas las etapas de la vida de las personas.