la intención de este relato es reflejar el lugar donde vivo yo y donde viven otros. Desde la Comuna de San Roque salir a recorrer, puede ser en auto, en moto, en bici, o como yo caminando (a pata) este lugar tan bello, como lo es toda La Provincia en sus distintos destinos.

apenas salgo para la ruta provincial 55 nos encontramos irrumpiendo en el paisaje nuevas obras cuasi faraónicas, me refiero a la nueva Autovía Punilla bendición para turistas en vehículos motorizados, pena para quienes disfrutaban el paisaje natural. tan monumental trazado hace prácticamente que nos olvidemos de una pequeña plaza que aloja al Santo Patrono de este pueblo con su perro fiel al lado.

Ahora no podemos ver la Plaza Federal a vuelo de pájaro, pero si vemos un puente peatonal bien forjado en hormigón armado y ballados para que no se pueda acceder a las costas del lago, por nuestra propia seguridad, supongo o algo así y me encojo de brazos mientras me acomodo la gorra y rumbeo para el otro lado.

Encaminado para el norte por la vera de la 55, sigo para el lado de Bialet Massé. voy bordeando las vías del tren de las sierras que por partes se meten en un bajo, a la altura de La Colonia De Vacaciones De Unión Eléctrica, dónde debajo del tanque solían calmar el calor alguno que iban de paso hoy hay que ingresar al predio y usar la pileta como corresponde a un ser civilizado. En frente los puestos que siempre algo venden y una casilla que vendía terrenos y sueños a algún inversionista avezado.

Enseguida se ve que para el lado del lago Villa Cristina se manifiesta a la margen del lago que ya prácticamente es un rio con una costa donde suele pastar las vacas de los pocos que aún siguen criando. ya estoy en el pueblo vecino apenas di unos pasos. paso la zona de los tradicionales corralones de materiales y ya estoy cruzando el rio por el puente que sigue acompañado por los rieles del tren de las sierras que en breve se abre hacia el interior de los cañaverales bordeando el poblado.

Decido caminar por las márgenes de las vías con mucho cuidado que no venga el “patas de fierro” pero el paisaje por acá es extraordinario por momentos me olvido de la civilización, es como un viaje al pasado muy introspectivo, es como ir por un túnel, pero a cielo abierto por momentos quizás algo asfixiante hasta que salgo tras varias cuadras del otro lado donde está el busto del Libertador de la Patria, luego estoy en la vieja estación de bialet y tras unos pasos más ya estoy en el callejón que baja al rio donde como es finde ya se escucha música media fuerte y gente que está disfrutando.

Sigo por la calle San Martin y no bajo. Aun par de cuadras más está la costanera por la Fermín Rodríguez ese es mi destino luego de haber caminado más de lo que me imaginaba caminar hoy. Aquí está el recodo del rio; que en sus mansas aguas trae una paz que suele desbordarse cuando viene crecido, familias mateando gente que pasa en bici o caminando, cada tanto pasa algún que otro auto y a lo lejos se ve una canoa que en su color naranja fuerte se destaca entre los pastos de la costa que aún no se han cortado. algunos vestigios de viejos muros de piedra y ladrillo comentan recuerdos de un pasado de un bialet que quemando cal y cementos izaron el viejo paredón del Lago.