Vista aérea Avenida Hipólito Yrigoyen y Obispo Trejo. Créditos: Turismo Córdoba Capital

A principios de octubre la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba anuncia una reformulación del sistema de transporte capitalino para empezar a integrarlo con otras ciudades y comunas cercanas. El objetivo es la incorporación de una visión metropolitana en el uso de la red.

La unidad ejecutora a cargo de la misma será El Ente Metropolitano Córdoba.

Aunque esto pareciera en primer lugar un avance, lo verdaderamente llamativo del anuncio es que solamente las comunas y ciudades adheridas a este ente se verán efectivamente beneficiadas. La medida deja afuera algunas de las ciudades más pobladas del área metropolitana de Córdoba como Villa Carlos Paz (71 mil habitantes), Alta Gracia (65 mil) y Jesús María (40 mil), por mencionar algunas. Esto cobra mayor importancia si se tienen en cuenta los resultados del diagnóstico del transporte público realizado por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) el año pasado. “Si bien en términos absolutos Córdoba capital concentra el mayor número de habitantes del territorio, no hay duda de que el crecimiento metropolitano es el principal factor de impacto a los patrones de movilidad”, reza uno de los primeros extractos del informe.

Por otra parte, este “cambio” en el sistema simplemente tiene que ver con extender recorridos de algunos colectivos urbanos permitiendo que estos presten servicios fuera de la capital y que los interurbanos puedan hacerlo dentro de la misma. La multimodalidad, destacada por muchas voces expertas como una necesidad urgente del sistema de transporte, brilla por su ausencia.

Lamentablemente los ciudadanos ya están acostumbrados a escuchar una y otra vez los rimbombantes anuncios de gestiones que renombran y rediseñan logos pero que en esencia mantienen todo igual.

Lo que el año pasado, durante la campaña por la intendencia, parecía un tema de preocupación para los entonces candidatos, hoy no es una prioridad de la gestión. El actual intendente había prometido durante el calor de la contienda electoral la construcción de un monorriel para antagonizar con la propuesta de su contrincante, Rodrigo De Loredo, de un tren ligero para la ciudad. De la misma manera, también se prometió la coordinación con el gobierno nacional para la prestación de los servicios del Ferrourbano y la búsqueda para incorporarle más frecuencias y estaciones. A día de hoy ninguna de estas promesas parece materializarse, ni siquiera en algún anuncio de intención.

En la práctica las personas ya han reconocido esta realidad y se acepta con resignación el mal funcionamiento de un servicio de transporte que viene en franca decadencia. No es casual que el informe de la AFD arrojara tan malos resultados. “Un crecimiento acelerado de la tasa de motorización abriendo riesgos de sustentabilidad importantes para la ciudad”, declara el estudio y señala un aumento de un 69% en la mencionada tasa para el período 2009-2022. Por otra parte también se encontró que el número de viajes en vehículo privado pasó de un 17 % a un 29 % en dicho período.

“Un sistema que fomenta el uso del vehículo privado”, así califica al actual estado de cosas el estudio realizado por el propio Ente Metropolitano en conjunto con la UNC, también del año 2023. Como si esto fuera poco, el aumento del tráfico también representa un agravante en términos ambientales para la ciudad y sus habitantes, ya que los vehículos privados son la principal fuente de contaminación diaria en la zona urbana de Córdoba.

Lamentablemente la discusión para reformar este sistema de transporte acumula décadas de experimentos fallidos, grandes anuncios y promesas políticas que se desvanecen tan rápido como cuando los votos ingresan a las urnas. Solo basta con rememorar el proyecto para la construcción del subterráneo en nuestra ciudad, el cual debería haber sido estrenado hace ya siete años. El mismo originalmente iba a contar con fondos de nación para su construcción. Fue aprobado por unanimidad en la legislatura de la ciudad el 26 de febrero de 2011 y debía ser licitado para su construcción, tres proyectos fueron presentados, dos privados y uno realizado por la propia municipalidad. “técnicamente es posible y es recomendable la obra de un subte para una ciudad como Córdoba”, declaraba Ester Litovsky, gerente de Planeamiento Estratégico, Control de Gestión y Administración de Contratos de Metrovías de Grupo Roggio, una de las empresas que iba a encargarse de la construcción. Pero los gobiernos pasaron y nada se hizo en favor de concretar la iniciativa, hoy podríamos preguntarnos, ¿cómo sería nuestra ciudad de haberse llevado a cabo?

Lamentablemente las preguntas que tocan hacernos son muy diferentes, los estudios se acumulan y los resultados son claros, este sistema, tal y como está diseñado no es suficiente así como tampoco es sostenible. Podemos discutir si tren, subte o monorriel son la alternativa, pero no el seguir negando que es necesario una. “La casta no viaja en colectivo”, declaró nuestro intendente Daniel Passerini cuando realizó el anunció con las modificaciones del sistema de colectivos, un sano ejercicio de la profesión periodística hubiese sido poder repreguntar en ese momento, ¿y usted señor intendente, en qué viaja?