Este martes, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) dio un paso trascendental en su compromiso con la igualdad de género y la erradicación de las violencias, al aprobar una nueva iniciativa que hará obligatoria la formación en la Ley Micaela para todos los estudiantes de pregrado y grado a partir de 2025. La medida, que busca consolidar una cultura institucional de respeto a los derechos humanos, se enmarca en una serie de acciones que la Casa de Trejo viene implementando desde hace años, con el fin de generar cambios estructurales en la forma de abordar la problemática de las violencias de género.
La formación en la Ley Micaela no es nueva en el ámbito de la UNC. Desde 2019, una resolución universitaria ya establecía la capacitación obligatoria para el personal docente, no docente y los funcionarios de la universidad, con el fin de sensibilizar a la comunidad sobre cuestiones de género y las violencias contra las mujeres y las identidades no heteronormativas.
Con esta nueva disposición, la UNC amplía esa política de formación al ámbito estudiantil. A partir de 2025, será obligatorio para todos los estudiantes de pregrado y grado realizar este trayecto formativo durante el transcurso de su carrera. Según explicaron desde la Unidad Central de Políticas de Género (UCPG), la instancia que estará a cargo de la implementación de la formación, este trayecto incluirá contenidos sobre violencia de género, derechos de las mujeres, diversidad y derechos humanos, y será desarrollado en coordinación con las diferentes áreas y dependencias de cada facultad.
La decisión del Consejo Superior de la UNC se produce en un contexto marcado por la creciente conciencia sobre la necesidad de actuar ante los alarmantes índices de violencia de género en el país. Uno de los argumentos más contundentes que impulsaron esta medida fue el recuerdo de los trágicos femicidios de tres estudiantes de la universidad en los últimos dos años: Nahir Klimasauskas, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación; Milagros Bottone, de la Facultad de Derecho; y Catalina Gutiérrez, de la Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño. Estas jóvenes perdieron la vida en episodios de violencia de género que conmocionaron a la comunidad universitaria y encendieron las alarmas sobre la urgencia de reforzar las políticas de prevención y formación en este ámbito.
La UNC se suma a otras universidades del país que han comenzado a implementar políticas de formación en la Ley Micaela para sus estudiantes. Esta iniciativa responde a la necesidad de construir espacios académicos libres de violencia, donde se garantice la igualdad de oportunidades para todos y todas, independientemente de su identidad de género.
La implementación de la Ley Micaela para estudiantes refuerza el rol de la universidad como agente de cambio social. Al formar a sus estudiantes en temas de género y violencia, la UNC no solo contribuye a erradicar estas problemáticas dentro de su comunidad, sino que también aspira a que sus egresados se conviertan en agentes multiplicadores de esta cultura de respeto y equidad en sus futuros ámbitos laborales y sociales.