El superávit que exhibe el presidente Javier Milei supone entre otras cosas, una gran caída presupuestaria para las provincias, que además corren una carrera contra la recesión esquivando la motosierra al gasto público de todo el país.

Las provincias obtienen sus ingresos de la coparticipación federal de impuestos y de transferencias discrecionales. Además de a través de sus propios métodos de financiamiento asociadas a la producción de cada provincia y a los propios impuestos. Pero el ajuste del gobierno nacional y la caída de la producción argentina representan riesgos para los balances provinciales.

La recesión es un fenómeno que afecta al consumo, la producción y otras actividades económicas. Una proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó una caída del Producto Bruto Interno (PBI) de un 2,8 % para este 2024. Si bien el mismo informe también prevé un crecimiento del 5 % para 2025, es la recesión del año en curso la que afectará con mayor fuerza a la recaudación de la mayoría de impuestos que son coparticipables. 

Mínimos alarmantes en la recaudación fiscal 

Según la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) la recaudación de marzo de 2024 fue de 7726 millones de pesos, lo que significa una caída de un 15 % interanual.

De acuerdo a un informe realizado por la consultora económica INVECQ en general las provincias argentinas obtienen un 31, 49 % de los ingresos generales de los impuestos de la coparticipación.

Con la creciente recesión, la recaudación y el dinero para las provincias se ha visto reducido. El total obtenido del Impuesto al Valor Agregado (IVA) disminuyó un 14 % entre marzo del año pasado y marzo de este año. Mientras que los montos originados por contribuciones patronales y ganancias se achicaron un 15,9 % y un 39,4 % interanual, respectivamente. S trata de las recaudaciones más bajas desde la pandemia de 2020.

Pablo Díaz Almada, economista egresado de la UNC, docente universitario e investigador para el Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES) explicó que en cuanto a “a nivel nacional hay impuestos que aumentaron su recaudación, que son los derechos de importación y el impuesto país, porque hubo un salto importante en el dólar oficial, y eso incrementó en pesos la recaudación de esos impuestos”. También es cierto que los balances de la Nación revelan que esos aumentos no alcanzan, razón por la que el Estado termina reduciendo partidas de gastos, principalmente de jubilaciones, de educación y otros sectores, a costa del superávit primario.

Ya no hay salvavidas

Las transferencias discrecionales del Poder Ejecutivo Nacional (herramienta que se utilizaba para solventar gastos particulares de cada provincia) se redujeron un 85 %, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). Esto podría significar pérdidas totales estimadas en más de un 10 % en ingresos de las provincias. Frente a esta situación, Pablo Díaz sostiene que “pareciera no haber un criterio”, mientras afirmaba que según su visión el único criterio con el que cuentan es el de tener un superávit, apuntando a destruir aquellas áreas que fueron creadas por el Kirchnerismo.

Provincias como La Rioja que se encuentra entrando al default, o como Jujuy que ya firmó su presupuesto con un déficit de 1, 263 millones de pesos,  son también las provincias que menor porcentaje del presupuesto nacional 2024 reciben. Dieciocho provincias argentinas perciben menos del 1,5 % del presupuesto nacional cada una. Al contrario de provincias como Buenos Aires (19 %), CABA (26,5 %), Córdoba (3,17 %) y Santa Fe (3 %), continúan siendo las cuatro que más perciben del presupuesto nacional.

La consultora económica, INVECQ Consulting resaltó el siguiente cuadro, que, si bien fue realizado en 2022, muestra la situación económica de las provincias y el peligro que representa este decrecimiento en el consumo y la recaudación.