Desde la asunción de Javier Milei a la presidencia los comedores populares han dejado de recibir mercadería. En Córdoba las personas de los barrios se organizan para mantener estos espacios abiertos, en ese contexto la organización política comenzó a tomar fuerza. Las asambleas y las marchas en contra de las medidas del gobierno son la herramienta política. Una de estas personas organizadas es María Constanza Simi o Coti, como prefiere que la llamen, es militante del movimiento Teresa Vive desde hace 3 años. Además de su activismo ayuda en los comedores de diferentes zonas de Córdoba. Ella vive en barrio Alberdi y sale a trabajar todos los días para mantener a su familia. Por la tarde se acerca a las asambleas barriales, cuenta que un día entendió su importancia, la motivó y empezó a estar presente cada vez más. Coti comentó cómo es su experiencia en relación a la militancia, expresó que “si no te organizas retrocedés 25 años. Volvés al año 2001”.
¿Cómo es salir a manifestarse en este contexto?
-Ahora el gobierno lo que plantea es meterte miedo. Es un trabajo político que tenes que tener con la gente de los comedores, con los del barrio. Miedo tenemos todos, pero el miedo más grande que tenemos es a que nos falte la comida todos los días. Cuando tenés hijos la prioridad es esa. Salimos a defendernos o dejamos que sigan haciendo lo que quieran.
Con respecto a los comentarios de la gente y de algunos medios sobre las marchas piqueteras, ¿sienten que la opinión pública juega en contra?
– Hay mucho pensamiento erróneo de las organizaciones sociales, este gobierno lo que hizo fue acelerarlo, pero ya venían intentos con el gobierno anterior. Los dirigentes cuestionaban nuestro lugar. Esta bien que los planes dependan de las organizaciones sociales porque de esa manera no le das todo el mango de la sartén al gobierno. Entramos a trabajar en barrios donde el estado no llega. Seguimos teniendo una parte de la sociedad muy conservadora diciendo que somos unos vagos, choriplaneros, que agarremos una pala. Pero hay una parte que se da cuenta que con lo que cobras de un plan no vivís. Los comedores empiezan a jugar un rol importante porque es la tranquilidad de que hoy el pibe cena. Lamentablemente somos el último filtro. Nosotros pensamos que se está generando ese cambio dentro de la sociedad.
¿Vivieron alguna situación de violencia en una manifestación?
– Si, la gente esto del “planero” te lo viven diciendo. Nosotros estamos siempre en la calle, a mí no me pueden venir a correr con que no hice nada en el gobierno de Alberto. La gente te putea, pasa en todos lados. Nos ha pasado con los jubilados que son los más golpeados, por ahí vas al centro y te tiran que salgamos a trabajar. Yo trabajo pero no me alcanza. Hay gente con quien si podés dialogar y otros que no.
Anteriormente mencionaste que el pensamiento erróneo hacia las organizaciones sociales no viene únicamente de este gobierno ¿Qué diferencia notas entre el gobierno actual y el anterior?
– Hay una diferencia entre las organizaciones que están a favor o lo estaban del gobierno anterior, estas no salían a marchar, tenían una línea de no confrontación y recibían más beneficios. Para las organizaciones que formamos parte de partidos políticos que son de izquierda, costó siempre. Ellos salen a marchar porque están viviendo lo que nosotros venimos viviendo hace un montón de tiempo. Las altas a los programas, al Potenciar Trabajo, nosotros teníamos meses de espera, ellos de un día para el otro tenían altas. No es que el hambre no existía, el hambre estaba, había cada vez más gente en los comedores. Cambia un poco la expectativa porque ahora vos salís, marchas y en Córdoba tuvimos una sola vez donde imputaron compañeros de lucha. En Buenos Aires a los compañeros los agarran a palo, vuelven gaseados. Es una lucha diferente.
¿Recibieron algún comunicado por parte del gobierno? ¿Se está avanzando para normalizar la situación?
– Hay una gran discriminación porque la iglesia recibió mercadería, a las organizaciones sociales no nos llegó nunca. La organización social sigue completamente vacía. Nosotros lo que estamos tratando de hacer ahora es coordinar de otra forma, si el gobierno nacional no me da una respuesta que me la de el provincial o el municipal. Alguien porque el hambre no puede esperar.
Coti cerró comentando cuál es, para ella, la salida de esta situación, no cree que sea inmediata. “Si creo que si seguimos teniendo tantas luchas aisladas en algún momento se van a unir y van a hacer algo”, expresó. Su esperanza de que la gente entienda que no puede vivir así sigue intacta, en especial la idea de que la salida es colectiva.