En Argentina más de 140.000 personas viven con VIH y un 13% lo desconoce. El número de casos van en aumento y los investigadores buscan la solución. El desinterés de los gobiernos a esta enfermedad genera complicaciones en la producción e investigación de una vacuna.
El instituto de virología Dr. José María Vanella que se encuentra en la UNC, es donde se llevan a cabo las investigaciones del VIH a cargo de la doctora Sandra Gallego.
«Si la sociedad y los grandes de arriba realmente valoraran una vacuna contra el VIH, habríamos hecho varios ensayos de eficacia de forma continua, como se hizo con el COVID y ya tendríamos alguna vacuna», menciona Gallego.
Cuatro décadas y tres olas de vacunación tuvieron que pasar para ver avances en las vacunas de un virus que todavía no se puede eliminar, sin embargo, tratando como una enfermedad crónica de larga duración y progresión generalmente lenta.
«El VIH no tiene cura, pero posee tratamiento. Desde la década de 1990, con el avance de la medicación se convirtió en una enfermedad crónica como la diabetes, la hipertensión o algún tipo de tiroiditis», señala Carlos Quinteros, médico infectólogo del Hospital de Clínicas y docente de la segunda Cátedra de Infectología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.
Hay avances y uno de los más destacados es que en los años 2000 se descubrió que una minoría de personas infectadas por el virus produce un alto número de anticuerpos que pueden neutralizar ciertas cepas del VIH. Debido a ello y los tratamientos antirretrovirales actuales permiten a las personas que viven con el VIH llevar una vida normal.