Por Candela Diaz y Ludmila Ardiles Martinez
En un mundo diverso y multicultural, las formas en que las personas honran y recuerdan a sus seres queridos difieren ampliamente. Desde las elaboradas ofrendas de México hasta las ceremonias íntimas de Argentina, cada país tiene su propia manera de conmemorar el Día de los Muertos. Este artículo explora las diversas tradiciones de todo el mundo, desde América Latina hasta Asia y Europa, revelando cómo diferentes culturas rinden homenaje a los fallecidos en una celebración universal de amor y memoria.
En América Latina, el Día de los Muertos se celebra con gran fervor y devoción. En México, las familias construyen altares coloridos adornados con flores, velas y alimentos preferidos de los difuntos, mientras que en Guatemala, las cometas gigantes llenan el cielo como un medio para comunicarse con los seres queridos fallecidos. En Perú, las tumbas se adornan con flores y velas, y las familias comparten comidas tradicionales en honor a los difuntos.
En Asia, el Festival Qingming en China ve a las familias limpiar las tumbas de sus ancestros y realizar rituales para honrar a los muertos. Japón celebra el Obon, una festividad donde se cree que los espíritus de los ancestros regresan a sus hogares, y en India, diferentes regiones tienen sus propias tradiciones para recordar a los fallecidos.
En Europa, países como España, Italia y Francia celebran el Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos con visitas a los cementerios, llevando flores y velas a las tumbas de los seres queridos. En el Reino Unido e Irlanda, las personas encienden velas en las ventanas en memoria de los difuntos durante el Día de Todos los Santos.
En Argentina, la conmemoración de los muertos es más privada y personal. El Día de Todos los Santos es una festividad religiosa que se celebra el 1 de noviembre, mientras que el Día de los Fieles Difuntos tiene lugar el 2 de noviembre.
¿Cuál es la distinción fundamental entre estas dos celebraciones?
Estas dos fechas, aunque cercanas en el calendario, tienen diferencias significativas en su enfoque y propósito. El Día de Todos los Santos es una celebración católica que rinde homenaje a todos los santos reconocidos y desconocidos, abarcando tanto a los mártires venerados por la Iglesia como a aquellos cuyas virtudes solo son conocidas por Dios. Durante esta festividad, las iglesias se llenan de fieles que asisten a misas especiales en honor a los santos, y aunque algunas familias visitan cementerios, el énfasis está en honrar a los santos canonizados.
Por otro lado, el Día de los Fieles Difuntos se centra exclusivamente en recordar y honrar a los seres queridos fallecidos. Las personas visitan los cementerios para limpiar y decorar las tumbas de sus familiares y amigos difuntos, llevando consigo flores y velas, y ofrecen oraciones por las almas de los fallecidos. Esta festividad está arraigada en la tradición de recordar a los seres queridos que han partido, brindando un momento de reflexión y amor para aquellos que quedan atrás.
A través de estas diversas tradiciones, queda claro que la conmemoración de los muertos es una expresión universal de amor, respeto y memoria, que trasciende las diferencias culturales y geográficas, y une a las personas en una celebración compartida de la vida y la pérdida.