Puertas afuera del Centro Cultural Córdoba, niños y niñas de todas las edades acompañados de algunos adultos, esperan entre la euforia y los juegos el ingreso a Invicines. Pasadas las 20, inicia la novena edición del Festival de Cine Social y Comunitario. Con aplausos y sonrisas la multitud ingresa al auditorio. Se les entrega un pequeño papel blanco para que voten después de la función. La luz blanca de este imponente salón baña de resplandor a las butacas rojas, la música de Coldplay de fondo y el asombro de los niños mientras se acomodaban crearon un clima tan ansioso como por momentos emotivo.
Las emociones se intensifican a medida que transcurre la jornada. Muchos de los que están presentes en la función son protagonistas de los cortometrajes que componen esta sección llamada “La memoria de los peces”.
Carolina Rojo es una de las personas que está detrás del arduo trabajo de Invicines, es parte del equipo que posibilita la exhibición de estos cortos realizados por diferentes escuelas, cooperativas, clubes, talleres, colectivos militantes, entre otras organizaciones. En esta ocasión Rojo da inicio a la jornada y cede la palabra al presentador de la sección, el profesor Arturo Borio. Su sabias palabras reflejan el aprecio por el cine social y comunitario, pronuncia una frase muy contundente: “El cine es siempre una creación colectiva”. A partir de allí reflexiona sobre la coexistencia del arte y la industria en el cine “…aunque la industria tenga su existencia, sus tiempos, y el dinero sus límites. Siempre la tarea creativa genere placer, si en el arte conjugándose no hay placer, es muy difícil llegar a buen término”.
Tras las palabras de Borio las luces se apagan y la función comienza con Jóvenes artistas en juicio. Este cortometraje fue realizado por alumnos de sexto año del Ipem N° 338 Salvador Mazza. Una obra dividida en capítulos que problematiza acerca de los padres que cuestionan de mala manera a sus hijos por querer dedicarse al arte. Reúne las historias de jóvenes que quieren ser cantantes, fotógrafos o músicos, y que a causa de esas elecciones, tienen que tolerar los enojos de sus padres y discusiones en la familia.
Luego viene la obra Los Cimientos de un sueño del Taller de Cine Centro Cultural Villa el Libertador, este cortometraje ficcional relata los inicios de esta misma organización cultural comunitaria. Narra la historia del presidente del centro vecinal que entre reuniones y guitarreadas logra unir lazos y crear este espacio que promueve el acceso a bienes y medios de producción cultural en un territorio de vulnerabilidad. La base de la idea también era retratar la vida de quienes construyeron el centro, en parte porque tres de estas personas fueron desaparecidos en la última dictadura militar.
La siguiente obra transmitida es Mensajes de tierra adentro realizada por los alumnos de la Escuela Rural Rafael Obligado de Saira, Caleidoscopio Cooperativa Audiovisual y Altroqué Cine. Muestra cortas entrevistas realizadas a los alumnos de este colegio, quienes cuentan en primera persona el día a día de sus aprendizajes y actividades dentro de la institución. Un importante vínculo entre los pocos alumnos que la componen, en constante contacto con la naturaleza que ven como un gran espacio de juego y exploración. En algunas escenas narran sus experiencias, inquietudes y deseos, en otras, se desplazan por el campo y el sonido de una campana los reúne para tomar la leche y volver a clases.
El último corto es Un cuadro de locura del Comedor y merendero Rayitos de amor, El telar – comunidad de pensamiento feminista latinoamericano y Taller de cine Como el caracol – mujeres sosteniendo territorio. La historia de mujeres que escapan de su cotidianeidad en busca de crecimiento personal, a través de aprendizajes y encuentros en los que puedan compartir sus experiencias. A la vez dejan huellas en los demás porque dedican su tiempo, amor y energía a talleres de género, de cine y también a atender el comedor y merendero barrial.
Al final del evento cada equipo cuenta cómo fue la realización de estos cortometrajes, anécdotas y palabras de amor, rostros con algunas lágrimas de nostalgia y otros con sonrisas de alegría. Jorge Álvarez, presidente del Polo Audiovisual, transmite su orgullo cordobés a todos los espectadores y despierta entusiasmo por el cine social y comunitario en la provincia. Retoma a Borio: “es en la pasión donde está la diferencia, si nosotros logramos demostrarle a los demás que esto es la pasión y que se pueden lograr con pasión, después va a venir la guita, pero si la pasión no está primero, no pasa nada”. La jornada cierra con una invitación al público a comentar o debatir con la intención de tener una conversación que trascienda la pantalla y a realizar una contribución voluntaria.