Por Sabrina Lazzarini, Valentina Pompolo, Ernestina Suárez y Clara Zurbriggen
De acuerdo a especialistas de la UNC en materia de salud mental de la ciudad de Córdoba, los derechos de las mujeres que son usuarias de instituciones de salud mental son más vulnerados, en estos espacios, que los de los varones. A las mujeres, les prescriben más síntomas psiquiátricos que a los varones, y les indican más medicación. Además, no reciben atención ginecológica ni reproductiva. Y no existen datos públicos sobre ninguna de estas circunstancias que permitan prevenir estas situaciones de violencia.
“Faltan campañas para evitar la discriminación y los prejuicios hacia las usuarias de salud mental, no sólo en contextos de internación. A las mujeres les dan más psicofármacos que a los varones en los hospitales monovalentes. De hecho, los pueden dar los psiquiatras, los ginecólogos y médicos generales”, analiza la psicóloga y Magister Jacinta Burijovich, que integra el Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos de Córdoba.
En una entrevista exclusiva nuestra fuente nos mostraba el recorrido de su lucha por el cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental.
En torno a estas vulneraciones de derecho a las usuarias de salud mental, el Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos de Córdoba y la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), en alianza con International Disability Alliance (IDA), presentaron un informe en 2022 ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de la ONU. El informe esclareció que aún hay inaccesibilidad en el acceso a la justicia y falta de comunicación de las políticas públicas de atención a las violencias de las mujeres. También que no hay políticas públicas que garanticen los recursos económicos, técnicos y humanos para proteger los derechos de las mujeres y niñas.
A la falta de atención de los derechos de las usuarias de instituciones de salud mental, en opinión de Burijovich, se suma la falta de campañas para evitar la discriminación y los prejuicios, no sólo en contextos de internación sino también adentro de la sociedad. En tal sentido, es evidente que es necesario que existan datos públicos sobre esta situaciones que viven a diario las mujeres y niñas usuarias de salud mental para la visibilización y la prevención de las violencias.